Escrito por Patito … Estoy cansada de comprar en comercios de supermercados donde el personal piensa qe me esta haciendo un favor, salvo rarisimas excepciones, no son capaces de saludar, botan la mercaderia sobre el mostrador, se quedan con el cambio redondeando a su favor aun cuando tienen monedas, y por si fuera poco, cuando embolsan los productos desaparecen magicamente del mostrador y no llegan a destino jamas, encima de esto los dueños de supermercados no reciben las quejas sobre el personal, no les importa lo que el cliente pierde y si estan los de seguridad siguiendo a los clientes por todos los pasillos como si fueramos delincuentes mientras cubren los verdaderos actos de apropiacion de sus empleados, el maltrato de los dueños de supermercados que no instruyen a sus clientes se plasma en la atención, estoy cansada de lidiar con esto en las cadenas de supermercados de santa cruz, si dejaramos de aceptar la situacion y no les compraramos mas tal vez nos valorarian por el aporte, gracias
COTO de la calle Amenabar al 2100, en Belgrano tiene un historial de repetidas inconductas para los clientes, para los vecinos y hasta para los que transitan la calle Amenabar.
Llega el punto en que me causa cierta indignación que lleven la bandera argentina como parte de su uniforme.
Supongo que para ahorrarse sueldos de camioneros, o hasta un lugar de trasvase de mercadería, llevan la mercadería con camiones enormes que sobresalen tapando toda la vereda y obligando aún a ancianos y señoras embarazadas y con carritos de bebé (tengo fotos para publicar), por la calle sorteando los baches llenos de agua que sus mismos camiones producen y que ni siquiera se dignan a reparar.
Los atascos son a veces de más de 15 minutos por las manibras para embocar la culata del camión en pequeña cochera, de manera que muchos tocan la bocina generando molestias a vecinos que viven en edificios del lugar.
Un despropósito, sobre todo considerando que Carrefour o Día no hacen nada parecido,y que COTO hasta a veces bloquea toda una mano y parte de la otra en Cabildo y Maure.
Es decir que ahorran costos descargándolos en la gente de la misma manera que en el año 2002 cuando su deuda fue licuada y ahora la estamos pagando todos.
Me venía conteniendo porque hacer esto no hace bien ni al tiempo ni a la salud, pero coincidiendo con esta nota, hoy tuve que soportar que un guardia de seguridad insistiera en que abriera mi campera pese a que le demostré entrando y saliendo que el pitido nada tenía que ver conmigo, al final terminé accediendo a abrirla y luego dijo algo como «está bien», sin la más mínima disculpa, como si fuera eso normal. Por supuesto motivó una atronadora queja de mi parte que, supervisor inepto mediante, ha ido escalando al punto en que voy a decicar parte de mi tiempo a movilizar a la gente directamente perjudicada para que las situaciones de abuso crónicas descriptas, entre otras, se acaben y sean más gente con el consumidor y con los habitantes y transeúntes.
La pregunta es entonces: ¿Y porqué Sr. Marcelo sigue comprando ahí?
Y la respuesta es simple: Me queda de paso y sólo compro algún artículo cuando hay una oferta ridícula para atraer a la gente. Y no compro nada más. De hecho puedo ir a los 5 minutos a Día o Carrefour a comprar el resto de los artículos que suele estar a mejor precio además de que hay otro trato totalmente distinto.
Voy a dar un ejemplo del nivel de Carrefour: Si uno agarra un artículo y cuando llega a la caja aparece con un precio mayor, envían a un empleado a ver el precio (quizás de la semana pasada que se olvidaron de sacar) y le hacen el descuento sin mediar pedido ni demora.
Qué ocurre en COTO?: Ni piensan remotamente en la posibilidad de respetar el precio que el cliente vió en la góndola a menos que presente un enégica queja, COSA QUE HAGO PORQUE SE LA MERECEN.
Recorriendo un poco la web me encuentro con que hay gente molesta por los ruidos generados a partir de las trabas que provocan los camiones de COTO. Ver:
http://www.dequejas.com/comercios/coto/
Será hora de empezar a interconectar a los principales perjudicados para obtener algún resultado (que no es otro que aplicar el más simple sentido común).
MARCELO
